Órganos de los sentidos
Los sentidos se han desarrollado en los seres vivos como los instrumentos que les sirven para poder tener una relación o una interacción con el resto del Universo que los rodea. El propósito fundamental de los órganos de los sentidos es recabar información acerca del medio circundante para poder sobrevivir. Por ejemplo, para evitar cualquier peligro.
Los sentidos del olfato y del gusto (que son aquellos sobre los cuales nos ha tocado investigar) han ayudado a los seres a catalogar los elementos que le pueden servir de alimento. Sin la existencia de los sentidos no podríamos desarrollar nuestra vida como hasta ahora. Apreciamos la necesidad de los órganos de los sentidos cuando, por desgracia, llega a faltar alguno. Intentamos entonces sustituirlo, pero como se sabe esta sustitución es, en general, incompleta. El desarrollo de los sentidos que ha experimentado el hombre ha sido controlado por el fenómeno evolutivo y ha estado íntimamente relacionado con las condiciones físicas y químicas del ambiente que nos ha rodeado en el transcurso de los tiempos. De hecho, la forma de funcionar de nuestros sentidos es una consecuencia de la adaptación al medio.
Los sentidos del gusto y del olfato también se han desarrollado para poder adaptarse a evitar peligros en la ingestión de alimentos que ya están descompuestos y que presentan un peligro al ingerirlos, así como alimentos venenosos que, en general, desprenden cierto número de sustancias químicas que al llegar a la nariz las detectamos; de esta forma se ha aprendido, en el transcurso de la evolución de la vida a rechazarlas. Existen también sustancias venenosas o podridas que no huelen. Sin embargo, al probarlas con la lengua se ha aprendido a saber que no nos convienen porque nos causan daño.
Gusto y olfato no son lo mismo, pero se parecen.
Procedimiento
1.Tomar cuatro vasos y llenarlos hasta la mitad de agua, numerarlos después:
-Al nº1 añadir una cucharadita de sal de cocina.
-Al nº2 añadir una cucharada de azúcar.
-Al nº3 añadir una cucharada de vinagre o zumo de limón.
-Al nº4 añadir cinco cucharadas de café sin azúcar.
A continuación, vendar los ojos al compañero y mojando un bastoncillo de algodón en cada uno de los recipientes (uno para cada recipiente), toca su lengua de uno en uno. Pídele que te diga qué sensación recibe (amargo, dulce, salado, ácido). No se trata de adivinar la sustancia. Una vez realizada la experiencia anterior con cada una de las soluciones, explora la lengua viendo en que zonas de esta es más intensa la sensación e indícalas en un dibujo.
Solución:
El café se siente en las papilas calciformes.
El limón se siente en las papilas filiformes.
El azúcar se siente en las papilas fungiformes.
La sal se siente en las papilas foliadas.
2.
1ºSe necesitan varios cubos de aproximadamente el mismo tamaño de papa cruda, manzana y zanahoria.
2º. Véndale los ojos a tu compañero, tápale la nariz e introducele un cubo de cada tipo en la boca.
3º. Ahora repítelo con la nariz tapada.
¿Identifica tu compañero los cubos?
Sí, ha identificado los cubos en ambos casos, tanto con la nariz tapada como con la nariz destapada.
¿Qué conclusiones puedes sacar acerca del sentido del gusto?
Podemos concluir que el sentido del gusto actúa por contacto de sustancias solubles con la lengua. El ser humano es capaz de percibir textura, temperatura, olor y sabor a través del gusto. Considerado de forma aislada, el sentido del gusto sólo percibe cuatro sabores básicos: dulce, salado, ácido y amargo; cada uno de ellos es detectado por un tipo especial de papilas gustativas.
Para saber más...
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Papilas gustativas vista microscópica |
La lengua posee casi 10.000 papilas gustativas que están distribuidas de forma desigual en la cara superior de la lengua, donde forman manchas sensibles a clases determinadas de compuestos que inducen las sensaciones del gusto. Por lo general, las papilas sensibles a los sabores dulce y salado se concentran en la punta de la lengua, las sensibles al ácido ocupan los lados y las sensibles al amargo están en la parte posterior.
Los compuestos químicos de los alimentos se disuelven en la humedad de la boca y penetran en las papilas gustativas a través de los poros de la superficie de la lengua, donde entran en contacto con células sensoriales. Cuando un receptor es estimulado por una de las sustancias disueltas, envía impulsos nerviosos al cerebro. La frecuencia con que se repiten los impulsos indica la intensidad del sabor; es probable que el tipo de sabor quede registrado por el tipo de células que hayan respondido al estímulo.
3. Haz una infusión de menta o poleo. Repártela en tres partes:
- Una congelala
- Otra mantenla a temperatura ambiente- La tercera, caliéntala hasta hervir, en el momento de utilizarla como se indica a continuación: tapa con una venda los ojos a tu compañero y aproximale a su nariz, siempre la misma distancia, la infusión a temperatura ambiente, luego la congelada y la hirviente. Indícale que te diga qué huele en cada ocasión.
¿Cuándo ha sido mayor la sensación olfativa?
La sensación olfativa es mayor al aproximarse con la infusión hirviendo, esto se debe a que las sustancias se encuentran más dispersas en el aire cuanto mayor es su temperatura.
Para saber más...
Es el sentido que nos permite oler. Este fenómeno ocurre cuando ciertas sustancias se introducen en la nariz y tenemos la sensación de oler. Antes de que podamos oler cualquier cosa, las sustancias que se desprenden de ésta deben llegar a nuestra nariz. En general, las moléculas olorosas experimentan dos procesos antes de llegar a nuestra nariz:
-El primero de ellos ocurre cuando las moléculas se desprenden de la sustancia en que se encuentran.
-El segundo al transportarse estas moléculas hasta nuestra nariz.
4. Abre el compás de forma que sus puntas se hallen separadas 40mm.
-Coloca alternativamente el compás con las dos puntas o sólo con una punta sobre la piel del dorso de la mano de un compañero o compañera (es conveniente que tenga los ojos vendados).
¿Nota una punta o las dos puntas del compás?
El compañero nota solo la punta más afilada.
-Reduce la separación entre ambas puntas y repite el ensayo.
¿Qué nota ahora?
Ahora nota ambas puntas.
-Repite el ensayo con las yemas de los dedos y en el antebrazo.
¿Qué observas en cada caso?
Observamos que en las yemas y en el antebrazo se sienten ambas puntas, tanto con la separación entre ellas de 40mm como de menos de 40mm.
¿Qué conclusiones puedes sacar acerca del sentido del tacto?
Podemos concluir que la mayor parte del cuerpo humano está cubierto de piel . Los estímulos mecánicos que nuestro cuerpo experimenta se aplican sobre la piel que nos cubre, que es el órgano sensorial del tacto. En general, un nervio que tiene una terminación en la piel no está conectado directamente con el sistema nervioso central. Este nervio tiene muchas ramificaciones que están dispersas en distintas zonas de la piel.
En distintas partes de la piel la densidad de terminaciones nerviosas es diferente. Hay lugares, como por ejemplo las yemas de los dedos, en que la densidad es muy grande, lo que hace que estas regiones sean muy sensibles. En otros lugares, como por ejemplo en las espaldas, en que la densidad es muy baja, no se tiene mucha sensibilidad.
5. Introduce una mano en agua caliente y la otra en agua con unos cubitos de hielo. Mantenlas durante un minuto. Luego introduce las manos en agua a temperatura ambiente.
¿Qué sensaciones tienes en la mano?
La sensación térmica de las manos es de calor en la mano que habíamos sumergido en agua con hielo y de frío en la mano que habíamos sumergido en agua caliente.
¿Podemos determinar correctamente la temperatura mediante nuestros sentidos?
La respuesta es que no, nuestras percepciones sensoriales ante estímulos referidos a la temperatura son contrarias a la realidad.